BAILAMOS,
BAILAMOS
porque nos vamos
Traslado de la Cúpula del Solar de Olivar 48
con desfile festivo y carnal (en plena cuaresma)
Sábado 13, 19:00h.
partiendo del Solar de Olivar 48
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Gran fiesta-paseo y colofón final por las calles de nuestro barrio, llevando a hombros la que ha sido experimento, refugio e icono, la Cupúla, hasta un nuevo emplazamiento (temporal).
Han sido seis años de «exceso», de derroche, de desbordar con ilusión y creatividad la vida ordinaria. Un tiempo de trabajo y celebración de lo colectivo y también de disfrutar de la «posibilidad de hacer» contra la lógica del mero consumir.
Es el final del proceso de recuperación y uso vecinal de este espacio en mitad de nuestro apretado barrio que, de otra manera, hubiera permanecido cerrado para la vida de la ciudad —porque la ciudad la hacemos las personas que habitamos juntas.
Nos vamos felices porque «también hemos conseguido al fin lo que tanta falta le hace a nuestro barrio, una dotación pública que venimos reclamando desde el inicio de la rehabilitación de Lavapiés en el año 1997; una dotación necesaria mucho antes que los teatros nacionales o las sedes universitarias: una ESCUELA INFANTIL»
Como si de un rito báquico se tratase, de la ruina y el caos aparente en que se ha sumido el solar, arrancamos la pasión para iniciar un nuevo ciclo, reclamando las calles una vez más.
Invitamos a tod*s nuestr*s amig*s a participar.
1 comentario
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14 marzo, 2010 a 11:45 am
carlos
estuve anoche en el traslado de la cúpula. una persona me comentó que era importante ver cómo de un final no se desprende nostalgia ni apatía, sino que se aprovecha para hacer un momento irreal en la ciudad (en la ciudad la realidad parece conformada siguiendo un solo patrón universal, cortar las cosas por otro patrón, el de la imprevisible alegría colectiva, es quebrantar la realidad): una construcción de colores circulando (literalmente a veces, porque los obstáculos se sorteaban haciendo girar la cúpula sobre sí misma) por la calle a hombros de rar@s cofrades que se ríen con su acción, porque la cosa era básicamente divertida, por anómala, y porque, en efecto, da la impresión de que lo bailao no se quita.
un final digno del Solar, que nunca fue una iniciativa normal. hij@s, qué rar@s sois, diría mi madre.