Fue uno de los actos más emocionantes en que he participado en mucho tiempo. Sin duda fue además uno de los más surealistas. Una toma festiva de la calle. Como dice Carlos, «una anomalía brutal» y también maravillosa. O de como convertir un momento de final en un acto pleno de potencia, de futuro, de alegría y celebración. Personalmente me quité diez años de encima ;-) y me fui a dormir (bastante tarde) con mas energía y más ganas de continuar construyendo procesos colectivos y reclamando espacios verdaderamente públicos.
La «procesión» fue pura energía y eso se «aprecia» en las fotos (en todos los sentidos, ja, ja, están todas un poco movidas). Salimos puntualmente a las 7 de la tarde y fuimos haciendo diversas paradas. Se nos hizo de noche. Nos encontramos y fuimos sumando gente. La vida debería ser siempre así.
Sacamos la cúpula por encima de la valla de chapa, haciendo una rampita de palés para poder pasarla.
Los primeros momentos, calibrando cómo avanzar.
La comitiva arrancaba a ritmo de la charanga de Vallecas. Vinieron como ocho de ell@s y son estupend@s. Al principio nos movíamos con cuidado en cada encuentro con árboles y señales de tráfico. A lo largo de la tarde la Cúpula iría cambiando de manos. Todo el mundo quería llevarla un poco. Supongo que ese estar en el círculo, literal y figuradamente, produce esa sensación de pertenencia y ese «subidón» de energía. Al cabo de un rato parecía que hubieramos tomado algo, pero no era eso, puedo afirmarlo.
1ª parada en la plaza de Lavapiés. Música, baile, encuentros. Reparto volantes. Vamos sumando gente.
Avanzamos hacia la siguiente parada, la antigua Sala Olimpia..
Y allí más música, más baile, más alegría. Sigue llegando gente.
Nos ponemos de nuevo en marcha. Las caras de la gente hablan por sí mismas. Embocamos la calle Argumosa.
Tras sortear algunos obstáculos hacemos una nueva parada en la confluencia con Dr. Piga. Y allí por fín…
… se conecta el equipo de sonido y tod@s a bailar! Repartimos el resto de los volantes. Me encuentro con más amig@s que van de paso hacia otras citas. Se quedan un ratito a disfrutar con nosotras. Es lo bueno de Lavapiés.
Reiniciamos la marcha. Salto al interior del círculo de porteador@s, es mágico, las caras felices, las sonrisas de oreja a oreja. Vamos pasando obstáculos, a veces hay que, literalmente, estrujar la cúpula.
Al preparar este acontecimiento nos lo imaginamos iluminando la Cúpula desde su interior. Esa imagen luminosa podría expresar todos los buenos momentos producidos en el Solar en estos casi siete años. No pudimos prepararlo y, sin embargo, fue una de las sorpresas de la noche cómo la luz de las farolas quedaba atrapada en los paños de color y el resultado era perfecto.
Y llegamos a doblar por Dr. Fourquet. Somos ya una auténtica procesión.
Finalmente la Cúpula entra en el Solar de Dr. Fourquet. ¡Guuuaaapaaaaa! Allí nos quedamos un ratito bailando todavía.
Y la Cúpula queda instalada en «Esta es una Plaza» dónde, a la mañana siguiente comienza de nuevo a prestar abrigo, ahora como invernadero. ¡Larga vida a la Cúpula y a las gentes que hacen todo esto posible! Quien sabe si el próximo 13 de Marzo volvemos a sacarla en procesión.
2 comentarios
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22 marzo, 2010 a 3:55 pm
DÍA 172 – bailamos « Emigration for Dummies
[…] Così, due sabati fa, un centinaio di persone, tra cui il sottoscritto, hanno inscenato questa processione surrealista, praticamente uscita da un film di Kusturiza, per traslocare la […]
23 marzo, 2010 a 9:20 am
solarolivar48
Muchas gracias por esta bella narración alternativa de lo sucedido. La velada tuvo un poco de Kusturica y poco de ensoñación, como dices.
Sería estupendo recoger otras visiones e ir juntandolas aquí para mostrar el caleidoscópio de sensaciones y vivencias de ese momento.
Me gustaría reafirmar, no obstante, que éste bello momento tiene por detrás mucho trabajo colectivo.
Gracias de nuevo.