Comparto con vosotras este mapa google donde he situado las dotaciones culturales de escala nacional y metropolitana asentadas en Lavapiés desde el inicio de la rehabilitación hasta ahora, mostrando una densidad inusitada.

También os dejo este enlace a texto sobre producción cultural que contiene una mirada sobre las intervenciones de La Red de Lavapiés en el barrio entre el 97 y el 2003 aproximadamente.

En el urbanismo, se mide la salud de un distrito o barrio por indicadores como que haya un equilibrio entre dotaciones de escala nacional o metropolitana con las de escala local.

En nuestro barrio, como sabemos todas, el centro de salud está en la planta alta de un mercado. Recién ahora parece que van a construir una escuela infantil en el antiguo Solar de Olivar 48 (que da nombre a este blog). Y de colegios públicos no andamos sobrados (aparte me gustaría conocer como andan de recursos los que hay).

En paralelo, nuestros espacios públicos, nuestras plazas, necesarias para la salud de las relaciones vecinales, se han deteriorado en estos años.

Primero por su calidad: son plazas duras, áridas, con poco o pobre arbolado. Después por su uso. El Ayuntamiento las explota como fuente de ingresos, llenándolas de cabinitas de acero cortén en ocasiones y como escenario de espectáculos orientados al turismo de ocio metropolitano en otras.

Bollymadrid, Tangopies y otros. No me parece mal, si el tejido social del barrio tuviera igual oportunidad de utilizarlas para sus propios eventos.

Hace un mes escaso, coincidiendo con la noche de los libros, el Ayuntamiento denegó el permiso para hacer un encuentro de trueque de libros en la plaza de Agustín Lara. El encuentro se llevó a cabo de todas maneras, porque no se le pueden poner puertas al campo y tampoco a la cultura libre, pero con el consiguiente riesgo de multas y las disgustosas idas y venidas de los agentes municipales en su faceta menos amistosa.

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